¿Hay algo más gozoso que hundir la cuchara en tu delicioso postre, cerrar los ojos y dejarte llevar por mil emociones?. En algunos lugares se vende una panna cotta que nada tiene que ver con el verdadero dulce, de origen italiano, tierno y suave con un ligero toque de vainilla.
Es uno de los postres estrella de nuestra carta Comobien, pero, ¿sabes lo que significa? ¿Conoces sus orígenes y la receta tradicional?
Pasa a la cocina y lo descubrirás en un batir de cucharas.
La curiosa historia de la panna cotta
Panna en italiano significa nata o crema y cotta, cocida, por tanto; crema cocida, pero es mucho más que eso y por eso los mejores restaurantes del mundo lo incluyen en sus cartas.
Su origen es confuso, pero todo apunta a que fue una mujer húngara, de la región del Langhe en Turín, la que desarrolló la primera receta debido a un inusual excedente de leche. La historia es bonita sin embargo, existen registros más antiguos en escritos medievales.
Existe otro precedente en tierras lusitanas, ya que la famosa serradura portuguesa, con leche condensada y nata, es bastante parecida.
Sea como fuere, es la región piamontesa la que ha reclamado este postre de leche, nata y gelatina, como suyo, siendo imposible turistear por la zona y no probarlo.
Una buena excusa para viajar. ¿No te parece?
A lo que vamos.
En la Edad Media no existía la gelatina con la que hacían panna cotta, pero ya sabían conseguir una estructura viscosa hirviendo espinas de pescado.
Tampoco añadían azúcar por ser un bien escaso y carísimo así que la panacota contemporánea no se corresponde para nada con el sabor primigenio y ha evolucionado hasta el postre que hoy nos encanta.
Aclaremos conceptos culinarios
Sabemos que una panna cotta no es un flan pero podemos encontrar parecidos razonables con:
· Una bavaroise consiste en batir crema inglesa con nata montada y añadirle gelatina.
· La crème brulee francesa también tiene semejanzas con la panna cotta y se parece mucho a nuestra crema catalana porque se espolvorea con azúcar y se quema, pero el proceso de elaboración es diferente.
· El parfait es una crema de leche semi fría y a veces se mezcla con merengue.
¿Aclarado?
La receta tradicional de la panna cotta
Lo bueno de un postre tan sencillo es que puedes combinarlo como quieras y adaptarlo a tu capricho, pero aun siendo un plato fácil de elaborar, tiene su intríngulis.
La receta tradicional se hace con chocolate blanco y coulis de frutos rojos, pero puedes atreverte y añadir café, avellanas, almendras, galletas picadas, pistachos o incluso maracuyá.
¡Depende de tu creatividad!
En Comobien vamos a darte una hoja de ruta para que te atrevas a cocinar panna cotta en casa.
Lo primero es hidratar las hojas de gelatina en una fuente con agua fría y mientras tanto; pones la nata, la leche, el chocolate, el azúcar y la vaina de vainilla en un cazo a fuego suave.
Uno de nuestros secretos gourmet es no dejar de remover (recuerda que en Comobien practicamos el slow food) y te recomendamos añadir la gelatina en el último momento.
Luego solo queda repartir la crema en flaneras individuales y dejar que reposen en la nevera una vez estén tibias.
Truco: te recomendamos mantener el postre un mínimo de 8 horas en el refrigerador y añadir la cobertura y los topping, minutos antes de servir.
Aunque te digan que es un plato para principiantes ¡no te confíes! Hay que esmerarse en conseguir una textura suave parecida a un flan pero mucho más delicada.
En la variedad está el gusto
Hay postres gourmet que permiten muchas interpretaciones y la panna cotta es uno de ellos.
Es un postre exquisito que puedes ofrecer en una cena con amigos o para finalizar tu comida de empresa porque a todo el mundo le encanta. Además, dependiendo de sus ingredientes es apto para veganos e intolerantes a la lactosa.
¡No esperes más!
Tu menú gourmet merece un buen final.
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Aviso: Te va a costar decidir entre la panna cotta de café, de cerezas, de caramelo, de fresas o con mermelada de moras…